La entrega de esta semana de la bonilista se titula Miedo, principios y Rusia. Vaya por delante mi admiración por las entregas semanales de David Bonilla, que se está ganando a pulso que la Voz de Galicia le tenga en cuenta y le haga escribir de una vez una columna semanal de TI. Hoy quiero explicar las razones por las que estoy tan de acuerdo con lo que escribe.
En su bonilista de esta semana habla de la dificultad para saber si lo que estamos haciendo cuando emprendemos un proyecto es lo correcto o es sólo lo que queremos hacer.
David se refiere a la transparencia en los negocios, a las subvenciones y a otras cosas que para algunos -como nosotros- son terriblemente importantes. Hace años, alguien muy importante para mi (JJSA) me explicó que si tu negocio no puede sostener tus gastos generales y pagar el asesoramiento profesional que precises, debes cambiar de negocio, no de principios.
En las dos últimas semanas, a nosotros nos ha ocurrido en www.todoauriculares.com que nos han pedido en dos ocasiones presupuesto para comprar más de 10.000 auriculares. En ambos casos, la situación era rara. No eran clientes nuestros, necesitaban con una enorme urgencia una cantidad muy grande de auriculares, de un formato muy extraño, y además, pretendían fijar el plazo de entrega y el PRECIO. El precio unitario de cada pedido era de menos de 2€.
No nos engañemos. Vender hasta 20.000 unidades de auriculares (aunque sea a 2 euros por unidad) sería un gran éxito para una pyme tan pequeña como la nuestra, pero lo cierto es que nuestros principios hacen que no vendamos asumiendo semejantes riesgos (devolución, reclamaciones por la mala calidad del producto, etc) y sobre todo no queremos jugar con la reputación que hoy tenemos de vender exclusivamente productos de calidad. Aunque no hay duda que hay un negocio que se puede hacer vendiendo auriculares cutres de menos de 2€, no queremos hacer eso.
Puede que mañana nuestros principios nos salgan demasiado caros. Hoy nos lo podemos permitir, y en www.todoauriculares.com ya tenemos más de 1200 clientes que avalan que el nuestro -de momento- es un buen camino.
La anécdota curiosa es que uno de nuestros potenciales clientes, cuando le contestamos que no vendíamos ese tipo de producto nos escribió diciendo «¿os llamáis todo auriculares y no vendéis esto?. ¿Entonces qué vendéis?. Le contestamos que vendíamos productos para profesionales.
En resumen, quizá nos arrepentiremos de no ser como Groucho Marx, con esa gloriosa frase de «estos son mis principios; si no le gustan, tengo otros». Pero de momento no servimos para eso. Intentemos hacer lo correcto. ¿O no?
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