Esta semana encontré algo que seguro lleva tiempo rondando por internet: una estadística de los 200 lugares donde más tiros -y puntos- se han anotado en la NBA en dos periodos, 2000-2001 y 2019-2020. La estadística muestra una imagen muy diferente para un mismo juego con 20 años de diferencia. En 2000-2001 se hacían muchos más puntos desde fuera del área de tiros libres hasta la línea de tiro de triple, mientras que en la NBA de 2020, la mayoría de los tiros y los puntos proceden de detrás de la línea de tres puntos.
¿Cómo se ha llegado hasta aquí en tan solo 20 años?. Sin duda la tecnología ha ayudado. Tener estadísticas en tiempo real durante los partidos es algo muy potente. Conocer la probabilidad de que en unas condiciones determinadas uno u otro jugador puedan marcar la diferencia, seguramente sea también muy importante, pero yo he visto un factor que puede ser definitivo.
En casi todos los deportes, ha cambiado drásticamente la manera de entrenar apoyándonos en los datos. Ahora cada jugador tiene ante sí datos fríos y directos que le enseñan en qué debe mejorar cada día. Fruto de ello surge la especialización, y de ahí tiene todo el sentido que cada vez más, se marquen puntos triples.
En una visita a las instalaciones del FC Barcelona, pude ver cómo entrenaban en una cancha de baloncesto unos jugadores. Ensayaban tiros, uno tras otro, sin parar, desde diferentes posiciones y una máquina les devolvía la pelota. Hasta en eso la tecnología ha llegado para quedarse.
No hay otra forma. Tenemos una oportunidad de destacar y la especialización va a ser lo que marque nuestra capacidad para brillar más que la competencia. ¿Tenemos todos a mano las herramientas para poder repetir y repetir hasta que perfeccionamos el tiro?.